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La ciudad de Londres, sin duda alguna, cambia la perspectiva de todo aquel que la visita por primera vez, pues desde lo más simple, nimio y aparentemente insignificante como cruzar una calle, es totalmente distinto, novedoso: único.

La capital, compuesta en su totalidad por un sincretismo de arquitecturas clásicas y modernas, convive entre edificios de talla monumental, centros comerciales que se extienden por calles enteras, casas de un solo piso y hasta departamentos sumamente minúsculos que, pese a sus diferencias, conservan la esencia de Inglaterra evocando en quienes la admiran la sensación de encontrase en un sueño o en una película ¿Alguna vez ha tenido la oportunidad de apreciar Londres desde su pantalla? A primera vista un montaje, pero de lo que en realidad se trata es de un set vivo de “grabación”.

Siendo turista hay diversas maneras de poder transportarse en Londres tales como: autobuses, metro, tren, taxi, uber o ferries por el río Támesis. Dependiendo del tiempo que uno se quede puede elegir y acoplarse a lo que mejor le convenga, por ejemplo, pagando una tarjeta por un mes de viajes en autobús sin la necesidad de recargarla cada vez que uno tome este transporte, además de contar con su servicio 24 horas, claro, salvo algunas excepciones menos concurridas. En Londres hay muchas cosas por hacer además de visitar los lugares emblemáticos como el Big Ben, el London Eye, la Tower Bridge y el Palacio de Buckingham, aquí la mayoría de los museos son gratis y sin duda te ayudan a conocer más sobre la historia, la cultura, la biodiversidad o incluso la moda. Particularmente un servidor les recomienda el Museo de Historia Natural.

Fotografías e información Jacobo Flores Ramírez.