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Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero. Mayo 2015.Triatlón; un evento de estas magnitudes y con tanta convocatoria tiene un ¿cuándo? y un ¿cómo?; la organización del evento conlleva hasta un año de planeación por parte de los organizadores y los anfitriones, pero una preparación más especial la llevan los atletas que participan en esta prueba física y mental.

Tuvimos el placer de convivir con algunos triatletas que participaron en el campeonato de triatlón Ixtapa 2015 el día del evento; convivimos con ellos desde su salida de la Ciudad de México y también en parte de su preparación en su primer evento o como en muchos de los casos, su segundo o quinto o hasta su décimo evento; el sacrificio no solo implica un fin de semana de viaje o pedir un día de vacaciones en el trabajo o faltar un día de escuela ( dentro de las categorías los hay universitarios y juveniles); implica modificar su alimentación, sus horarios de trabajo, reuniones familiares, fiestas con los amigos, etc.

“los sábados y domingos que entrenó temprano, para en la noche que salgo con mi novio o los amigos, a las 10 pm ya quiero ir a mi cama”- declara una triatleta del D.F.

Nos saltaremos hasta el día de la recepción y entrega de paquetes de competición un día antes del triatlón, la organización exige que llegues antes de las 20 horas del día anterior para poder hacer la inspección y registro de la bicicleta con la que competirán; entre más tarde se llegue mayor es el tiempo de espera en el sol y el calor de Ixtapa; este filtro les obliga a portar su número de competidor en la bicicleta, casco y los marcan en los brazos. Colocan bicicleta y casco en racks que están marcados con la categoría y el rango de edad cada competidor, al final caminas entre un mar de manubrios, llantas y asientos que parece no tener fin. Terminada esta etapa, cada atleta se retira a cenar, a descansar a las habitaciones de los hoteles abarrotados, o relajarse caminando un rato en la playa; “hay que descansar porque lo de mañana, requiere de un esfuerzo supremo y entregar todo tu ser” frase de otro participante, quien se toma un respiro en la luz tenue de una cena entre amigos.

5:30 am, el despertador suena y comienza un gran día para cada persona que participa en competencia y en la organización. Después de un baño rápido, hay que desayunar algo ligero o más abundante, todo depende de tu horario de arranque. Comienza una marcha de competidores hacia la zona de transición ( zona donde cambian de disciplinas y dejan algunas pertenencias, líquidos hidratantes, algo de alimento, lentes, zapatillas de ciclismo, etc; a la llegada de la natación en el mar tienen que colocarse los implementos para el ciclismo, después de este, se despojan de todo para solo quedarse con tenis y traje de competencia para la carrera), cada competidor revisa de nuevo las condiciones de su bicicleta, acomoda sus pertenecías de tal forma que sea cómodo y no estorbe al resto, presión de las llantas, altura del asiento, llenar botellas de agua o termos con líquidos rehidratantes, algunas barras energéticas, toallas pequeñas; todo un ritual espiritual de concentración.

Alrededor de las 7:20 am comienzan los primeros arranques en categorías juveniles, familias enteras, amigos y el resto de los competidores se reúnen en la playa para presenciar el inicio de la jornada; muchos están sentados en la playa, otros hacen ejercicios de estiramiento, platican de estrategias y vivencias anteriores, se dan consejos para entrar al mar y salir de él; esta etapa presenta un desafío aparte, la salida del mar da la sensación de mareo o como algunos comentan ” el momento justo al levantarte de la cama después de dormir, es lo que se siente al salir del mar después de nadar tanto tiempo”.

Ronda a ronda somos testigos del primer esfuerzo que hacen los competidores en la natación, el rostro que muestran después de esta etapa, denota coraje y sed de triunfo; no importa que sus tiempos sean de los peores en su categoría, iniciar esta competencia los alienta a seguir y terminar como mejor puedan y cuanto sus cuerpos aguanten. Llegar a la transición supone un ligero respiro para hidratarse, ponerse las zapatillas para la prueba de ciclismo, lentes, casco y algún otro aditamento que necesiten en la ruta.

Se presentan algunas caídas y lesiones, que en cualquier otra persona los obligaría a tener reposo, tomar radiografías, tener una consulta completa con un traumatologo; pero no, hay que limpiarse las heridas, una breve pausa con los servicios médicos, aguantar el dolor que desaparece casi en su totalidad conforme se sigue avanzando, pero mantiene una constante punzada que dice ” estoy herido, pero no es nada todo es mental”.

Abandonar la bicicleta de nuevo en la zona de transición, supone un golpe mental importante; los últimos kilómetros, el último paso para completar un prueba increíble, no importa que categoría seas o qué distancia recorras, combinar estas 3 pruebas, es trascender, es progresar no solo en tu físico, también en la psique es un impulso anímico a la vida de cada persona que participa y cumple su meta trazada.

Uno a uno los competidores cruzan la tan ansiada meta que supone el final de una parte de su camino; la gran mayoría continúa con su preparación a otros eventos u otras disciplinas; otros en su primer evento, tomará un decisión importante, continuar o solo tomarlo como una experiencia más. En el caso de las personas que pudimos acompañar, están en su segundo y tercer evento y quieren continuar con miras a mejorar tiempos y distancias. Cobertura Angular 11-18MX: Nota/Fotos: Guillermo Magallon.